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Estudios latinoamericanos

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Los estudios latinoamericanos conforman un campo académico y de investigación asociado al estudio de América Latina. Es un estudio interdisciplinario y crítico que es un subcampo de estudios de área y puede estar compuesto por numerosas disciplinas como la ciencia política, economía, sociología, historia, relaciones internacionales, política, geografía, cultura, estudios de género y literatura. No obstante, algunos debates en torno a este campo académico-disciplinar ponen en cuestión si los estudios latinoamericanos son meramente estudios de o desde América Latina. De igual forma, hay debates y teorizaciones sobre el pensamiento latinoamericano, su manera de producir conocimiento  y de acercarse teórica y metodológicamente a sus objetos de estudio.

Los Estudios latinoamericanos es el nombre dado a cursos académicos ofrecidos en universidades que se dedican a Latinoamérica en todos sus fenómenos. Lo que en inglés se denomina comúnmente como Latin American Studies lleva el nombre de Latinoamericanística (del alemán Lateinamerikanistik) en países europeos, sobre todo los de cultura germánica.

Estados Unidos creó diversos programas de estudio e inauguró el campo de los estudios latinoamericanos a partir de la década de los 40 ante la necesidad de comprender las circustancias geopolíticas y económicas de América Latina para el desarrollo del capitalismo y la extensión de EUA a estas regiones. De tal forma, en 1942 ya se tenía registros de expertos dedicados a realizar investigación en diversas latitudes con fines capitalistas. Además de apoyarse de los famosos think tanks, laboratorios usualmente asociados a diversas organizaciones políticas, empresas, entes públicos y/o instituciones académicas orientadas a la investigación de temas estratégicos.[1]​ Los estudios latinoamericanos en Estados Unidos se organizan a través de la Latin American Studies Association (que se piensa como institución global).[2]

En 1963 y 1964 Estados Unidos lanzó el Proyecto Camelot, mismo que estaba orientado a generar investigación sobre América Latina en dicha región. Su propósito era identificar las posibles causas de las revueltas sociales y su relación con el contexto político y el derrocaiento del gobierno. Este proyecto se instaló en Chile, pero se tenía previsto extenderlo a diversos países de la región e incluso, algunos afirman la existencia de proyectos similares como el caso de “Operación Simpático” en Colombia. El proyecto Camelot fue cancelado en 1965 debido a diversas denuncias provenientes de periodistas, políticos y académicos.[3]

En Chile, la creación de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, más popularmente conocida como FLACSO, surgió en 1957, bajo el incremento de carreras de ciencias sociales orientadas a estudiar economía y política. A la par, en Brasil se creó el Centro Latinoamericano de Pesquisas em ciencias sociais. El primero estaría dedicado a la enseñanza y el segundo a la investigación, no obstante, ante la crisis económica, la radicalización política y los golpes militares, se crearía el Instituto de Coordinación de Investigaciones Sociales (ICI) y el centro brasileño desaparecería debido a: problemas financieros, a la difícil accesibilidad de investigadores a la la sede y a la falta de personal. Mientras tanto, la FLACSO se renovaría y debido al golpe militar, establecería diversas sedes en 15 países de América Latina (Argentina, Brasil, Costa Rica, Ecuador, Guatemala, El Salvador, Honduras, México, Paraguay, Uruguay, entre otros) en distintos años.[4]

De igual forma, la UNESCO apoyó a la FLACSO para la difusión de las Ciencias Sociales modernas en la región. Cabe destacar, que fue posible la consolidación de las diversas instituciones y carreras debido a que las Ciencias Sociales en América Latina contaban con un amplio desarrollo en la región, de tal forma, hay registros de institutos, cátedras y escuelas de ciencias sociales, especialmente de Sociología, en Caracas, Bogotá y Buenos Aires desde 1877. [5]

En 1957 el economista y sociólogo italiano Gino Germani crearía la primera carrera de Sociología en el país y posteriormente, en 1959 fundaría la Sociedad Argentina de Sociología (ASA), mientras que a la par se desarrollaba una visión desarrollissta de la economía en América Latina.  Esto sería un antecedente para que en 1961 se establecieran diversos diálogos y debates en la “Conferencia Interamericana sobre Investigación y enseñanza de la Sociología”.[6]

Por otro lado, en el contexto de la Segunda Guerra Mundial, la antigua Unión Soviética adquirió un interés particular por América Latina. Anteriormente solo se tenían algunos registros de la región debido a la correspondencia y a los diarios de viaje de algunos exploradores al igual que información de prensa de la época republicana, pero a partir de 1945 la URSS comenzaría a elaborar investigación y teorización sobre la condición política y económica de América Latina.[7]​ El campo de estudios estaba altamente permeado por una lectura marxista y habia diversos debates entorno a cómo comprender la revolución cubana y los procesos independentistas del siglo XIX. Algunos autores que trabajaron esto fueron: I. Yan chuk, N. Kalmikov, A. Schelchkov, V. Zemskov, V. Guirin, S. Semenov, Ya. Shemiakin, V. Kuteischikova y I. Terterian, entre otros. Hoy en día, uno de los campos de investigación ruso con relación a América Latina, son sus relaciones diplomáticas y con la KGB y los estudios culturales.[8]

En México, tales estudios se enfocan a programas de posgrado orientados a la investigación en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS), mismo que fue impulsado por Pablo Gonzáles Cassanova en la década de los 50 y 60. Por otro lado Facultad de Filosofía y Letras (FFyL) de la Universidad Nacional Autónoma de México, es la única universidad, a nivel regional, que ofrece una licenciatura en dicho campo de estudios en el Colegio de Estudios Latinoamericanos (CELA), fundada  en la década de 1960 por el profesor Leopoldo Zea.

La FCPyS se enfocará en el desarrollo de investigadores y sus análisis serán predominantemente desde las ciencias sociales (política, economía y. sociología, predominantamente), mientras que la licenciatura en la FFyL encontrará sus cimientos en la Filosofía y en la Historia, no obstante, los programas del siglo XXI marcan cuatro áreas de estudio: Filosofía, Historia, Ciencias Sociales (economía, política, sociología, estudios culturales, etc) y Literatura.[9]

En México también existen otras instituciones orientadas al estudio de América Latina entre las cuales destacan FLACSO México, el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO) y el Centro de Investigación de América Latina y el Caribe (CIALC). Otras universidades que ofrecen la maestría o posgrado en Estudios Latinomaericanos son la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM) y la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP).

Con lo que respecta al resto de América Latina y El Caribe, la mayoría de países cuentan con algún tipo de estudios orientados a los Estudios Latinoamericanos, aunque la región con menor cantidad de estos estudios es Centroamérica, donde únicamente Costa Rica y Panamá poseen programas con esta temática, dejando de lado las sedes de FLACSO. Con lo que respecta al Cono Sur, los pocos países sin registro de estos estudios o con muy pocos de ellos son Guyana, Paraguay, Surinam y Venezuela. Con relación al Caribe, la mayoría de islas poseen algún tipo de estudios latinoamericanos, pero con énfasis en temas económicos y políticos, con excepción de Trinidad y Tobago en donde también realizan investigaciones culturales y lingüísticas.

En distintos países de Europa, incluidos Francia, Alemania, Holanda, Gran Bretaña, España y Portugal también poseen estudios relacionados a América Latina. En Francia, como parte de la Universidad Sorbona Nueva - París 3, se encuentra el Instituto de Altos Estudios sobre América Latina (IHEAL). En dicho país predominan los estudios históricos y de ciencias sociales. En Alemania se fundó en 1970 el Instituto de Estudios Latinoamericanos (LAI) de la Freie Universität Berlin y el cual aspira a generar estudios multidisciplinarios.  

En Holanda, a partir de la década de los 90’ los estudios de América Latina ganaron popularidad y se han realizado investigaciones con relación al caribe francófono, a las Guyanas y a Surinam. La comunidad holandesa posee una activa participación en conferencias y publicaciones internacionales en inglés y español. Los antecedentes de sus estudios se remontan a las cátedras de docentes ingleses en la década de los 70’, es por esta razón que existen membresias ente ambos países a través de la Netherlands Association of Latin American and Caribbean Studies (NALACS) y la Society for Latin American Studies (SLAS).[10]

Por último, aunque España y Portugal poseen acervos y archivos extensos con relación a la época colonial por su antigua condición de metrópolis, es poco su énfasis en los estudios latinoamericanos y particularmente en el caso portugués, las carreras y otros estudios orientados a la región se remontan a la primera década del siglo XXI.[11]

Una de las revistas más conocidas es el Journal of Latin American Studies.

Fundamento ontológico del ser latinoamericanista[editar]

La ontología se define como el análisis de las entidades eternas e inmutables en tanto que representación diferenciada ante los sentidos. Es a través del mundo diferido y sensible que logra deducirse la lógica del mundo inteligible y de la ontología universal, es decir, común a toda la existencia terrena. [12]

La identificación de la esencias, por ser entidades inteligibles, se alcanza a partir de su representación en personajes animados que maximizan ciertos valores y luchan contra otros. Bajan a la tierra.

No es que las esencias decidan abarcar solo fragmentos del mundo de lo humano, pero, al ser el mito la realidad que centraliza valores en realidades que se introducen, la ilusión pareciera arrojar que así es. Y no. En la completitud de la existencia humana transcurre todo el panteón: el Dios del Amor, la Diosa de la sabiduría, de la naturaleza, etc. Es solo que aquello que se encuentra bajo el enfoque, es lo que resalta.

Ahora bien, el mito es la exaltación del Logos en tanto que ley, por ello, narra el desenlace de la persecución de los valores enfocados en el personaje. Las diversas formas dentro del mito son conocidas como arquetipos, imágenes construidas con elementos físicos en los que prevalece con fuerza la huella de las esencias.

El arquetipo es, por consiguiente, una imagen de la idea perfecta que construye la vida imperfecta, la que cambia. Son tanto personajes como momentos dentro de la historia. Los Dioses, por ejemplo, imaginan a las esencias perfectas que construyen este mundo. El Dios Padre, depositador de la semilla que surge en la Madre Tierra. El héroe, por otro lado, hijo despreciado que tendrá que elevarse en algún sentido.

La Sagrada Familia[editar]

Pensemos en el mito y en el arquetipo de la Sagrada Familia, la de los humanos con Dios. El Dios Padre envía la partícula que contiene la información de una vida que penetra en la Madre Terrena, en donde se forma la imagen de un nuevo ser humano. El desamparo del padre perdido y la reconciliación con la Madre, lo conducen a buscar resolver su existencia y reclamar el derecho de ser hijo de un Dios.

La historia, en última instancia, no marca más que el dictamen que rige nuestro mundo, es decir, la ley que obliga a ir a las cosas de un lado a otro, con la constante de resistencia que impone el espacio.

En dimensión mística, es el viaje del alma que cae y que tiene que espectar y soportar los cambios que no permiten el correcto discernimiento, en su tránsito hacia la aprehensión de lo eterno.

Es además la fórmula con la que se puede identificar el nacimiento de cualquiera de los entes temporales que transita por nuestro mundo.

El mito en Latinoamérica[editar]

Supongamos que la Latinoamérica histórica abarca desde el reconocimiento recíproco que sucedió entre lo que llamamos la América Antigua, dominada por las culturas nahua e inca, y la Europa Antigua, hasta el momento en que esto se escribe.

El significado que recobran los personajes cuando se establece la narrativa en la que la vieja Europea es identificada con el ente que lanzó su ira contra la América Antigua, de igual manera que hoy lo hace el norte global con Latinoamérica, es que está última resulta en la entidad que transita en el seno de la Madre Anáhuac-Tahuantinsuyo violentada por los cambios que ordena el Padre Europa-Mundo occidental-EUA desde la comodidad de las alturas.

Latinoamérica Hija de Dios[editar]

Esa misma narrativa coloca a Latinoamérica en el papel de Heroína del mito que la funda como ente que transita en la Historia, es decir, protagonista. Tiene que aprender y librar batallas internas hasta que salve la situación que le pertenece y logre obtener el sitio más alto, para que luego trascienda. Ella misma como Padre y Madre en ruinas que sirven de basamento.

Entre las consecuencias de una Latinoamérica Hija se encuentra la de que con su constitución surge un nuevo movimiento en todas las artes y expresiones, revolución que conduce esta unidad social y cultural.

Esencias inmutables y Latinoamérica[editar]

Todo se repitió, es cierto que con diferente color y que la percepción no fue igual, pero sí lo fue la forma, en esencias y, en últimos términos, en esencia.

El latinoamericanista como alma de una Latinoamérica que se reconoce a sí misma, tiene el deber de repetir el mito hasta comprenderlo. ¿Cuáles son las enseñanzas que esconde cada experiencia que sirve de investigación para conocer Latinoamérica y, de manera íntima, mi posición en el mundo? Es lo que cuestiona y reflexiona el latinoamericanista.

Al tiempo que avanza en el mito que narra el día a día, el Sol y las estrellas, Latinoamérica avanza en su transitar de Hija de la Humanidad: Se acerca a la Luz. Amanecerá en Venus como Quetzalcóatl y la Tierra entera iluminará.

Es lo que sucede en la dimensión del ser humano por mandato Divino.

Referencias[editar]

  1. Marichal, Carlos (1981). «Los estudios latinoamericanos en Estados Unidos: Academia y Política». Iztapalapa. Revista de Ciencias Sociales y Humanidades. Consultado el 4-6-2024. 
  2. http://lasa.international.pitt.edu/
  3. J. Manno y Bednarcik, Francis y Richard (1968). «El proyecto Camelot». Foro Internacional. 
  4. Franco, Rolando (2007). Editorial catalonia ltda., ed. La FLACSO clásica (1957-1973). Santiago de Chile: FLACSO. pp. pp. 10-20. Consultado el 4-6-2024. 
  5. Ibid
  6. Ibid.
  7. Vladímir Davydov. “Trayectoria y perspectivas de la latinoamericanistica rusa Archivado el 3 de marzo de 2016 en Wayback Machine.
  8. Schelchkov, Andrei (2002). «Los estudios latinoamericanos en Rusia (y en la URSS)». CEDLA. Consultado el 4-6-2024. 
  9. «Oferta académica Estudios Latinoamericanos UNAM». 
  10. Kruijt, Dirk (2010). «Situación y perspectivas del latinoamericanismo en Holanda». Anuario Americanista Europeo. Consultado el 4-6-2024. 
  11. da Costa Toscano, Ana María (2010). «Los estudios latinoamericanistas en Portugal». ANUARIO AMERICANISTA EUROPEO. 
  12. Husserl, Edmundo (1990). UNAM, ed. El artículo de la Encyclopædia Britannica. CDMX: Instituto de Investigaciones Filosóficas.